Nuria

El humorista se acaba de unir junto a Leo Harlem como colaborador a 'Sé lo que hicisteis...' donde intentará que no decaiga la audiencia tras la marcha de Ángel Martín.

La noche de domingo en la que un desconocido que se hacía llamar "David Guapo" apareció en 'El club de la comedia', hace tan sólo unas semanas, se produjo un auténtico boom en redes sociales. Hasta tal punto que esas dos palabras -"David" y "Guapo"- se convirtieron en trending topic en Twitter. Todo el mundo hablaba del chaval ese tan gracioso y se preguntaban si ese nombre era real o un apodo.

Mitad verdad y mitad mentira, y a este barcelonés le gusta jugar con ello. David Callejón es su verdadero nombre. Ha pasado por 'El hormiguero', por 'Buenafuente', por Paramout Comedy, por Europa FM... Y ha pasado por muchos locales de España y Estados Unidos porque David -Guapo o Callejón, elijan- es cómico pero también cantante y ha sabido unir esas dos virtudes para meterse a la gente en el bolsillo desde siempre en los directos y, ahora, cada tarde en 'Sé lo que hicisteis...', en laSexta.

Es un tipo ameno y cercano con el que es muy difícil no divertirse porque detrás de cada respuesta hay una sonrisa. Y tras esa sonrisa, una filosofía de vida.

En tu primera y exitosa aparición en 'El club de la comedia' dijiste que lo que no te pega de tu nombre es "David", ¿Cómo escogiste ese nombre de guerra: David Guapo?
Es para crear la duda, por eso además va sin el artículo. Así la gente piensa "¿será apellido? ¿será apodo?" [risas].

La cosa empezó porque yo iba tocando por locales de Barcelona y la gente, que no me conocía, se referían a mí como "el chico guapo". Pero no porque sea guapo, sino por agravio comparativo [risas]. Por eso no sé bien como surgió. Sé bien cómo se quedó.

Pues... ¿Cómo se quedó?
Fue cuando Berto vino a verme a una actuación. Yo ya tenía, más o menos, este apodo dentro del gremio que nos íbamos viendo en los distintos locales. Era algo como interno. Pero después de conocer a Berto, cuando salí en 'Buenafuente', ya salí así.

Y "David Guapo" ya se quedó para los restos y es una cruz que tengo que llevar [risas].

¿Cómo comienzas en este mundillo?
En escenario llevo toda la vida, prácticamente. A los 20 años me fui a Estados Unidos y estuve 3 años. Después volví y empecé a tocar en bares de Barcelona. El Mediterráneo fue el primero en darme la oportunidad...


Pero, ¿ibas como músico o como cómico?
Como cantante.

Como cantautor... Pero no llevarías ese aire depresivo de cantautores como Aute. Tú serías más graciosete ¿no?
No, yo siempre he sido de ascendencia deprimente [risas]. Lo que ocurre es que en el mundo del bar, del cantautor de bar, es que la gente, si sólo tocas, no escucha. Tienes que ofrecer algo más. Y yo siempre he sido muy gracioso, así que empezaba siempre con el cachondeo. A lo mejor, de 10 canciones hacía dos porque hablaba entre medias.

Poco a poco, con el rollo de hacer gracias... Hasta que me dijeron que fuese a un concurso de monólogos. Yo no conocía el "monólogo" de por sí, pero sin darme cuenta, era lo que yo estaba haciendo. Fui a un par de concursos que gané. Después me vio la gente de Paramount Comedy en el Festival de Comedia de Puertopríncipe (Albacete). Ahí fue donde ya empecé a meterme en el circuito de monólogos, nacional. Y como se vive mucho mejor de los monólogos que de la música, decidí volcarme por ello.

Has comentado que estuviste por Estados Unidos... ¿Qué hacías tú por allí?
Pues me fui a la aventura musical. Fui a aprender música. Quería irme a Australia porque era lo más lejos que me pillaba. Quería irme lejos para no volver a la mínima. Si estás lejos te lo piensas más. Al final, uno de mis mejores amigos, Marc, me aconsejó que me fuera a San Francisco, cuna de grandes músicos.

Y ahí que me fui para tres meses... y me quedé tres años. Es que no había hecho nada a los tres meses de lo que quería hacer. Luego sí. Toqué en muchos locales, con muchas bandas y aprendí de blues, del soul...

Pero tú llegabas, te presentabas...
Sí, con todo el morro. Morro y humor son dos cosas que siempre he tenido [risas].

Todo esto va así hasta que conoces a Berto, ¿Cómo fue aquello?
Pues gracias a un local al que yo le debo bastante: el Mediterráneo. Fue el primero en darme la oportunidad y luego, cuando yo ya estaba en el circuito de comedia y cobraba un caché elevado, seguía yendo cada lunes al Mediterráneo. Iba, primero por estar entre amigos, pero también porque me permitía rodar texto. No es lo mismo hacer una gira de un año por todos lados (que puedes repetir cosas) a ir cada lunes al mismo local. Ahí tienes que renovar sí o sí.

Así que en uno de estos lunes Miquel Companys que me descubrió antes que Berto y trabaja con él, se lo trajo a verme una noche. A Berto también le gustó mucho, enseguida hubo química -química heterosexual [risas]-, hicimos la prueba en plató otro día y le gustó.

¿Cómo surge lo de 'El club de la comedia'?
Pues me llamaron de Globomedia, porque ya había hecho cosas con ellos. Y siempre ha habido buena relación con ellos porque siempre hemos acabado bien; así que me llamaron, me pidieron un texto, lo hicimos, le gustó, salimos y funcionó muy bien.


¿Se puede decir que Globomedia tuvo la vista que no tuvo El Terrat?
Yo no diría tanto. Con El Terrat he quedado muy bien. Con ellos hice el verano con Berto y, nada, fue una etapa que se acabó porque el programa estaba estructurado de otra forma y la verdad que de ellos sólo puedo hablar bien.

Globomedia lo que sí ha hecho es tener la vista de cazarme. Han sido los primeros y los más rápidos. Me han dado la oportunidad y han apostado mucho por mí... porque, quieras que no, no dejo de ser una cara desconocida. Tanto en 'El club de la comedia' como en 'Sé que lo que hicisteis...'

En 'Sé lo que hicisteis...' tienes tu propia sección que a la vez es muchas secciones, variadas... Cuando te llega la propuesta, ¿Te llega totalmente cerrada con lo que tienes que hacer dentro del programa o la perfilas tú?
Pues un poco de todo. El equipo de guión de 'Sé lo que hicisteis...' es una pasada. Yo me lo paso muy bien.

¿Sobre lo que me propusieron? Pues era algo que ya estaba muy pensado para mí. Me lo propusieron ellos, pero en base a lo que yo ya había hecho. Su propuesta se ajustó bastante a lo que a mí me hubiera gustado hacer.

Me dan mucha libertad. Con Patricia [Conde] también es una pasada trabajar, puedes improvisar con ella...

O sea, que Patricia no tiene nada de diva...
No, al contrario. Es muy generosa en plató. Es generosa y buena, porque podría ser generosa y mala [risas]. Pero es una buena tía que se está portando muy bien conmigo desde el primer día que vine a hacer la prueba.

¿Esos días estabas nervioso?
No. Ya no me pongo nervioso. Televisión ya había hecho... y también he pasado mucho. No es una cosa que note que me viene grande. Si te has comido cinco bares con borrachos y cocainómanos, puedes con una cámara de televisión.

¿Hacia dónde quieres llevar tú la sección?
Pues si te digo la verdad, está muy viva. Es como un espectáculo en directo. Y me gusta jugar con el público porque nadie sabe lo que va a ocurrir, da una parte fresca, nos salimos de la mesa. Yo soy de directo, ese papel me mola.

Veo que lo de ceñirte a un guión no es lo tuyo
A ver, esto es como un monólogo: tienes que ceñirte a una base, pero sólo ceñirte. Si sales a un directo y pasa algo y no lo juegas pues...

Se trata de transmitir ese espíritu de improvisación y frescura.

Leo Harlem y tú afirmáis que ni vais a sustituir a nadie ni tenéis esa presión. ¿Tú entiendes que la gente os vea y os comparen?
Yo no lo sé. Me he quitado mucho ese rollo de sustituir porque lo que hacía Ángel [Martín] sólo lo podía hacer él. Nunca he tenido la sensación esa de sustituir. Más que sustituir es aportar.

¿Quién es él o la que más te está sorprendiendo a nivel de creatividad, talento, profesionalidad... ahora que estás trabajando codo a codo con ellos?
Pues todos [risas]. Tampoco te puedo decir un nombre porque luego tengo que verlos a todos. Yo me quedo con el buen rollo del equipo.

¿Los datos de audiencia es algo para tomárselo a broma, dado tu condición de cómico?
No es mi función preocuparme de eso. Yo lo hago lo mejor que puedo independientemente de la audiencia.

Volviendo un poco a la comparación con el local: no puedes salir y si ves 50 personas hacerlo medio bien y si hay 200 hacerlo de puta madre. Hay que salir a hacerlo bien siempre. Yo hago lo mejor que sé y lo que considero que es gracioso... Un punto más de audiencia o un punto menos, no me va a suponer hacer una cosa o hacer otra. Vivir condicionado por la audiencia es dejar de lado el humor.

¿Qué es lo mejor de 'Tonterías las justas', a tu sano juicio?
Pues... [piensa] Lo mejor de 'Tonterías las justas' es que es un buen competidor [risas].

¿Dónde está la clave para hacer reír?
Para ser reir... sobre todo ser gracioso, no hay otra. Hay cosas que lo dice una persona y no te hacen gracia y lo dice otra y sí. Lo que tiene es la gracia.

Y luego, yo no soy mucho de humor "faltón", pero no puedes evitar que al hacer alguna broma sobre algo, alguien se sienta ofendido.

Si cuando dices algo, nadie se ha molestado es que no has dicho nada. Puede ser que, de repente, hagas una broma sobre chicas y entonces sale una asociación feminista; luego sobre hombres y sale una asociación de hombres solteros... De repente no haces bromas y sale otra asociación contra los que no hacen bromas... [risas].

Esto es como la audiencia: yo no puedo estar pendiente de lo que le hace gracia a unos y a otros molesta, yo tengo que estar pendiente de lo que hace gracia en general, de lo que es gracioso.

Desde tu aparición en 'El club de la comedia', que incluso fuiste Trendding Topic en Twitter esa noche, ¿Te ha llegado algo más?
Sí, se nota sobre todo el tirón mediático y eso me va muy bien para mis actuaciones en directo, porque viene más gente.


 I ♥ SLQH
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